¿El salón del manga o el salón del marketing?

Antes que nada, quiero dejar constancia de que en esta entrada no se pretende criticar los gustos de nadie, ni mucho menos convencer a la gente de que modifique sus preferencias. Es una mera opinión de una servidora que espero que sólo sirva para mostrar mis emociones, que para eso tengo el blog.

El sábado día 6 había quedado después de comer con el más que nombrado cómplice. El objetivo era bastante simple: ir a Infecar a ver el salón del manga. Era mi primera experiencia con dicho evento, aunque he de confesar que eso no me producía el más mínimo nerviosismo. Lo más cercano a eso que sentía era curiosidad, una curiosidad que se ha formado con los años por oír hablar de este "acontecimiento" a todos los frikis y medio-frikis que me rodean.

El caso es que llegué a Infecar sobre las cuatro de la tarde. Lo primero que vi, por suerte para mí, fue a un chico disfrazado de Flint (de la serie "Flint y los viajeros del tiempo"), cuyo curro a la hora de hacerse el disfraz se notaba bastante. Mis más sinceras felicitaciones si algún día llega a leer la entrada.


Después me encontré con conocidos diversos, lo típico "Hola, ¿cómo estás? Cuánto tiempo". Después de las presentaciones vino lo que para mí FUE, ES y SERÁ la estrella del evento: los puestos de las tiendas anime-mangueras. Digo lo de la estrella porque, sintiéndolo mucho por los frikis de corazón, es lo único en lo que creo que se molestaron realmente. El resto del festival, al menos a día de hoy en Las Palmas de Gran Canaria, fue una auténtica cutrada (excepto algunas cosas que iré poniendo poco a poco).

Me voy a explicar de forma que me entiendan. Soy partidaria de que o haces bien las cosas o mejor te abstienes de realizarlas. En este caso mi opinión se basa en eso, fundamentalmente.Empezaré por el concurso de cosplays en esta crítica. Si es verdad que algunos disfraces estaban curradísimos, como el de Doraemon o el de Auron, la cruel realidad es que otros muchos de los que se presentaron hubieran estado mejor quedándose en casa (no voy a nombrar a nadie porque ofender no es lo que pretendo, estoy siendo meramente descriptiva), porque para ver a una tía bailando (ni siquiera eso) en medio de un escenario sin nada mejor que ofrecer, pues qué quieres que te diga, me veo Batuka, que al menos me aprendo los pasos.

Por otro lado, durante el concurso lo mejor sin duda era la música, algunas de series muy conocidas como Oliver y Benji y algunas de Michael Jackson... porque hasta la organización era pésima. Esto último lo perdono porque son los típicos problemas del directo, que si no ya me hubiera ensañado con ello.

Siguiendo con el concurso de Karaoke, diré que para mi suerte no pude verlo. Sí, leen bien, suerte, porque sí vi a algunas personas en medio del concurso de cosplay, en los descansos, cantando, y para lo que presencié me alegro de no haber visto el concurso. Vale que se sabían las letras de las canciones... pero los fallos de sonido y las pocas ganas que ponían algunos cantando hacían que eso se oyera menos que el aleteo de un colibrí en la otra punta del mundo. La culpa no es de los participantes, vuelve a ser de la mala organización de dicho festival.

Cabe destacar además el rincón de los videojuegos, de los cuales voy a poner lo que me ahorré: esperar en una fila nada organizada a que los que estuviesen jugando al videojuego que te interesa (que suele ser con el que se pegan más tiempo) decidan terminar la partida para después el que esté delante tuya pueda jugar y lo tengas que esperar a él y etc. etc. etc... hasta que por fin te toque el turno a ti y te des cuenta de que el tiempo perdido no ha valido la pena porque al no tener todo el tiempo del mundo (recordemos que hay más gente que va después de ti) no has podido disfrutar del juego tanto como quisieras... además, si quisiera ir a un festival para ponerme a jugar a videojuegos, me lo descargo o me lo pasan y ya me lo miro en mi casa. El único caso en el que me parecería bien ir a un festival para jugar a videoconsolas sería uno que tratase de ello, porque en ese caso sabría en qué me estoy metiendo. EN ESTO SOLO INFLUYE MI CURIOSA FORMA DE PENSAR. A quienes les guste jugar en los festivales les encantaría esa sección.

Ahora llego a la parte que verdaderamente me repatea, la cima de todas mis críticas : los puestos de las tiendas aprovechadas. Este festival, señores, sólo se hizo con una intención: la de ganar dinero. Esto se diferencia de otros en que aquí no se pensó mucho en el disfrute del personal, y para mí esas cosas deben estar igualadas. A lo que más se le prestó atención fue a los puestos de tiendas, que era lo único que no estaba mal organizado de todo el festival. Tenían sus muñecos, sus precios puestos (más caros de lo normal para más inri), sus comics y demás historias... de hecho, no había lugar al que mirase en el que no hubiese un puestito de estos. Gente, analicemos la situación: te cobran ya 3´50 euros por cada entrada.. multiplica eso por cuatro y ya sabes lo que se gastó de media la gente que fue. Si sabemos que era lo que mejor estaba organizado... sacaremos la conclusión de que es lo único que realmente importaba en el festival.

PERO como no todo es malo, no voy a negarle al festival que el buen rollo y las risas sobraban. Además debo añadir que las personas con las que me encontré eran bastante simpáticas, y que como ya dije había mucha gente que vivía la experiencia al máximo. NO DIGAN QUE NO PONGO LAS COSAS BUENAS, QUE YA SON VARIAS.

Tampoco negaré que me gustó muchísimo el regalo que me hicieron, era bastante original. MUCHÍSIMAS GRACIAS, ME ENCANTAAAAAAN :3.


Lo único con lo que voy a concluir es esto: yo no pienso volver a un festival del manga organizado en Las Palmas de Gran Canaria, y menos si el póster es tan feo como el de abajo. Espero que sea verdad que los de la Península están más currados, para poder ir algún día y se me quite la desilusión que me llevé el sábado.