Lamentablemente, he de decir que este último título no lo he probado (cosa que espero solucionar algún día). Por ende, no podré decir si se resuelven o no en el Okamiden dudas del primer juego, aunque los versados en el tema afirman que sí. Tampoco alcanzaré a hacer comparaciones entre ambos. Lo único que puedo lograr es un review individual del Okamiden, sin comprender del todo la profundidad de su historia.
La trama es bastante típica de los juegos de aventuras: el mundo está empezando a sumirse en las tinieblas 9 meses después de los hechos acontecidos en el Okami. En esta ocasión es el hijo de Amaterasu, Chibiterasu (en el juego le llaman por cualquier nombre menos por ese) el que tiene la misión de salvar todo Nippon. Sin embargo, es un viaje muy difícil para él solo y necesitará de compañeros que le ayuden en su aventura. Es una obre repleta de risas y de momentos épicos.
Si nos centramos en los personajes, los que destacarían sin duda son el propio Chibiterasu y sus compañeros, de los cuales el principal es un chico llamado Kuni (aunque en la última mitad del juego brilla por su ausencia). Todos tienen personalidades, temores y deseos diferentes, además de crear situaciones bastante emotivas y graciosas la mayor parte del tiempo. Esto hace que estén muy logrados y nos metamos de lleno en lo que en el juego acontece. Algunos personajes secundarios , como Sakuya (espíritu de un árbol), también cumplen estas características.
Dejando de lado la historia, lo más destacable es sin duda la jugabilidad. Es una mezcla extraña entre el uso de la pantalla táctil y de los controles, pero sin duda lo mejor de todo es que no predomina ninguno de los dos, sino que se apoyan el uno en el otro. Por poner unos ejemplos, hacer caminar a Chibiterasu, que hable con otras personas o que luche se logra con los controles, mientras que hacer que tus compañeros atraviesen sitios por los que tú no puedes pasar, apagar un incendio o conseguir que los árboles muertos florezcan es cosa de la pantalla táctil (con la cual se pueden hacer muuuchas cosas más). Sin duda asegura horas y horas de diversión para los que tengan la suerte de probarlo.
Los gráficos son simplemente maravillosos. Recuerdan a los antiguos dibujos japoneses, lo que sin duda consigue dar más realismo a la historia. Meternos en el papel es simplemente irremediable, ya que entre los gráficos y la música el ambiente está bastante logrado.
Sin embargo, la música va muy acorde con el juego, pero no es de esas que si la oyes en otro sitio se te acabe pegando, ya que en muchas ocasiones es demasiado simple.
Para concluir, este juego, independientemente de que hayas probado anteriormente el Okami o no, es un vicio y un deleite en todos los sentidos.
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