Esta es una portada que se publicó hace años, pero es la que he puesto porque es la misma que el libro que pedí en la biblioteca. |
Una de las cosas principales que en la historia se nos
aclara, por ejemplo, es que a pesar de lo que la mayoría de la población cree,
una geisha no es exactamente lo mismo que una prostituta, cuya única función es
cumplir deseos sexuales básicos. Una geisha puede tener esta labor, pero además
deberá disponer de la cultura, los conocimientos y las artes necesarias para
entretener a la gente (sobre todo a los hombres, claro) en fiestas y reuniones
más privadas, cobrando por este trabajo más incluso que si su única función
fuera coital.
Esta técnica es usada en algunos casos para aprovechar que
nos tienen pendientes y explicarnos algunas costumbres o hechos japoneses de la
época de la II Guerra
Mundial, con lo cual no solo nos hallamos ante un libro simple, sino que
también estamos preparados para cuando cursemos “Historia de Japón” en algún
momento de nuestras vidas... Y viendo como le va a España el hecho de que lo
necesitemos no me parece tan improbable como antaño.
En cuanto a los personajes he de decir que hay dos grupos
muy bien diferenciados: en primer lugar están los que podríamos considerar
“principales”, los cuales están muy bien definidos no tanto en cuanto al físico
(del cual solamente se hacen unas cuantas alusiones para no molestar a nadie) sino más bien en cuanto al carácter
y las motivaciones. Huelga decir que la protagonista Sayuri se encuentra entre
ellos, y aunque sus intereses nos pueden parecer un tanto infantiles, es la
protagonista principal y por lo tanto también es la que más nos transmite. Así
son las cosas.
El segundo grupo de personajes son aquellos que aparecen
solo durante unas cuantas páginas. De estos lo más curioso es que pueden tener
varios papeles dentro del relato, es decir, al principio puede ser uno de los
antagonistas de menor índole y luego se puede volver el mejor amigo del mundo
de Sayuri (en este sentido uno de los personajes que más me impresionó fue
Calabaza, aunque una vez justificadas sus acciones llegué a entenderla
bastante).
Lo único que no me hizo demasiada gracia es que, fuera o no
real, el final de la historia está demasiado adecuado a los intereses de
Sayuri, al menos si tenemos en cuenta que en teoría está basado en hechos
reales. Puede que esta sea una de las cosas en las que el autor puso su granito
de arena (nunca se sabe), pero lo cierto es que es un desenlace más propio de
una novela para jóvenes enamoradizas que uno del mundo real, en el cual la
inmensa mayoría de las veces lo que deseamos y lo que conseguimos no podrían
estar más alejados. Ahí se lo dejo, no les vaya a hacer demasiado spoiler del
malo.
En conclusión, espero fervientemente que se lean esta
novela, es altamente recomendable para pasar un buen rato (yo me la terminé en
dos días) y aparte de ser testigos de una historia decente también nos acostaremos
sabiendo algo más del mundo que nos rodea. Muchas gracias por leer esta entrada
y hasta la próxima ocasión.
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