En Bioshock Infinite encarnamos a Booker DeWitt, un ex-agente que, tras su comportamiento poco ejemplar y la consiguiente expulsión, acepta un último trabajo para saldar sus deudas: llevar ante sus clientes a Elizabeth Comstock. Esto hace que se dirija a Columbia, una ciudad con la particularidad de que se sostiene en las nubes a miles de metros del resto de la humanidad. A pesar de que el entorno parece idílico debemos tener en cuenta que no es oro todo lo que reluce y a medida que vamos avanzando en la aventura somos capaces de percibir la gran cantidad de incógnitas que rodean a este juego y a sus protagonistas.
Los escenarios están muy bien logrados, y a diferencia de los otros juegos... ¡Hay habitantes en la ciudad aunque no sirvan de mucho! ¡Aleluya! |
Sin duda uno de los personajes que más dudas despierta en el jugador es DeWitt, que a diferencia de las anteriores entregas tiene más personalidad (sus respuestas a lo largo del juego lo demuestran), aunque sigamos siendo nosotros los que controlemos todas sus acciones en primera persona. También cabe destacar su historia, tan maravillosa como increíble, la cual es una delicia para las mentes despiertas, y más aún para aquellos que han jugado las entregas anteriores del Bioshock (no veáis el pollo que se ha montado con la batisfera... lo dejo ahí, sin más spoilers).
Pero no nos podemos olvidar de Elizabeth, la cual ha añadido en la trama un punto interesante: alguien que manipula diferentes dimensiones-tiempos-espacios, con un poder abrumador (y por tanto posibilidades "infinitas"), pero que solo desea que las cosas vuelvan a su curso natural y que es capaz de "empatizar" con el jugador automáticamente. Es una buena alternativa a la soledad de las anteriores entregas que ha salido a pedir de boca.
De la jugabilidad poco hay que decir: shooter en primera persona con posibilidad de usar armas, ataques cuerpo a cuerpo y poderes extraños, el cual se mezcla con cierta investigación de los escenarios para comprender mejor la historia o simplemente conseguir mejoras que nos facilitarán la tarea de pasárnoslo. Es altamente recomendable que se tomen su tiempo (si pueden) para investigar, ya que cuantas más pistas encuentren más se entenderá la trama.
En cuanto a la música, tiene el encanto de la época (1912), sobre todo pensando que suele salir de gramófonos o radios antiguas que le confieren un toque especial. Aunque es verdad que pueden existir ciertas excepciones a la regla que disfrutaréis mucho y ayudarán a lo tonto a entender los poderes de Elizabeth (hay canciones que no pensé escuchar aquí, así lo resumo).
En fin, creo que si sigo esto me va a quedar demasiado extenso y más que leer lo que querréis será hacerme comer la reseña. En resumen: historia, gráficos, ambientación, jugabilidad, personajes, etc. de vértigo que harán que no quieras volver a bajar de las nubes. Si no lo has probado aún, tal vez sea necesario que te replantees acercarte a algún faro extraño y lejano y conocerlo.
Gracias por la atención. Hasta la próxima reseña.
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