Titanic: la película animada

Existen ocasiones en la vida en las que uno no sospecha a lo que se expone hasta que ya es demasiado tarde y se está tragando una de las peores películas que puede haber producido la industria cinematográfica. Sinceramente les recomiendo que presten atención a estas palabras si no quieren sentirse estafados (sobre todo las madres que crean que esta puede ser una opción para sus hijos).

"Titanic: la película animada" se supone que es la adaptación del Titanic de toda la vida (el de Leonardo DiCaprio, vamos) a un versión animada para los más pequeños de la casa. PERO NO SE DEJEN ENGAÑAR. Este engendro transforma la historia de James Cameron en una mierda insulsa y nos demuestra que una trama emotiva también puede convertirse en una bazofia si le añadimos los ingredientes adecuados, que serán los que expondré a continuación:

Lo que más destaca del film es la pereza de los dibujantes que en muchas ocasiones repiten escenas para ahorrarse el tener que estar creando otras nuevas. Si esto solo aconteciese una o dos veces pase, pero es que tienen tan poca vergüenza que repiten una misma parte hasta cuatro veces. Teniendo en cuenta que esto lo hacen con mucha frecuencia ya se pueden imaginar la situación: el 10% de la película es nuevo mientras que el otro 90% no es más que la repetición de lo anterior.

Esta es la típica escena repetida... una de tropecientas. Sí, fijaos en los caretos. Lo que yo decía, no son normales.

Si esto no fuera suficiente para no ver el film, hay que tener en cuenta que los dibujos son bizarros y hay más errores en ellos de los que cualquier miembro del PP o del PSOE pudiera cometer jamás: guantes que desaparecen y reaparecen como por arte de magia, expresiones indescifrables más parecidas a las de fumar maría que a cualquier otra que podamos poner en la vida normal, un perro rapero que da miedo en vez de animarlo a uno (ya entraré en detalles sobre este último).

Me olvidaba de las ocas locas, que siempre que aparecen lo hacen moviendo los cuellos de forma anómala. Esta escena se repite unas ocho veces tirando por lo bajo.

Y esto no es todo, lo peor es que ni siquiera un niño pequeño encontraría pies y cabeza al argumento, el cual han deformado tanto que uno se lía de quién es quién y dónde debe estar cual... Más que adaptar la historia para que los infantes la comprendieran mejor han logrado todo lo contrario, que los pobres críos se me lían aún más. AH, ESO SÍ, se han molestado en ponerle un final feliz. Incongruente, pero feliz, que esto es para que lo vean los críos mientras se defecan verbalmente en sus progenitores por creer que esta mierda pudiese llegar siquiera a entretenerlos un rato.

En fin, creo que no hay más motivo para que me demore tanto con una reseña, que la película no lo merece ni por asomo. Para los que aún seáis escépticos tengo algo que mostraros: el perro rapero, que lo prometido es deuda. Con esto os podrías hacer una video-reacción y todo.


Con esta aberración de la naturaleza humana me despido hasta la próxima entrada, de la cual espero que el tema a tratar sea mucho mejor que este, o como mínimo más serio. A otra cosa, mariposa.