Aborto, un punto de vista muy subjetivo

Es verdad que este es un tema muy controvertido y que no soy una experta, pero es que después de las tonterías que llevo leyendo y escuchando desde hace semanas no puedo quedarme de brazos cruzados. Me he cansado de tanta hipocresía y tanta gilipollez, y lo que más me avergüenza es que sean "seres humanos" los que gocen de la autoría de las mismas.

En primer lugar vamos a dejar claro que el tema del aborto es controvertido porque existen muchos puntos de vista diferentes que se resumen parcamente en dos: los pro-vida y los pro-aborto.

Yo soy de las que "previene antes de curar", o lo que es lo mismo, evitaría en primer lugar la concepción en sí misma. Si fuera por mí se triplicarían los panfletos informativos sobre los métodos anticonceptivos y éstos serían gratis o como mínimo más baratos, de forma que ninguna mujer (o muy pocas) tuvieran que recurrir a un método tan extremo como es el aborto, en el cual, recordemos, la madre también sufre riesgos.

Los que sepan leer entre líneas ya habrán deducido en qué bando me sitúo: en el mío propio, el de una mujer que se quiere y respeta a sí misma, y que desea tener la libertad de tomar sus propias decisiones sin que el yugo de una nueva y camuflada Inquisición la amenace en la lontananza. Deseo tener la capacidad de decidir qué hacer con mi propio cuerpo sin que ningún rico y adinerado hombre (el cual no va a quedarse encinto ni de broma) abra la boca manifestando su completa ignorancia sobre el tema en el que está batallando.

¿Que me obligas a mí a hacer con mi cuerpo lo que tú quieras? Por ahí no paso. Yo no quiero tener muñecos tirados por toda la casa, no quiero llevar a niños berreantes a los pediatras, a ningún colegio ni estar todo el día cambiando pañales, no quiero tener que encargarme de adolescentes tocapelotas que crean que son mejores que yo pero en realidad no tengan ni puta idea de lo que es la vida y ante todo no me apetece nada cuidar de una persona durante 30 años o más de forma que me deje a mí misma en un segundo plano. No me ha llegado el "instinto materno" aún y no quiero forzar las cosas.

El resumen de todo esto es el siguiente, y es aquí donde deben estar atentas las personas con cerebros de cemento, no me vayan a poner en la boca cosas que no he escrito:

En vez de centrarnos tanto en el aborto y en su legalidad, debiéramos poner más empeño en el paso previo. Mucha gente infravalora los métodos anticonceptivos y no entienden su importancia o no los conocen bien (sí, aún a estas alturas no hemos avanzado lo suficiente). Éstos acabarían con ese gran dilema de si "es o no es un ser vivo lo que se está eliminando" ¿De qué hablas, si ahí no hay nada? Adiós al problema. Esto es algo que o bien al gobierno no le conviene (cómo le gusta a esta España distraernos con ciertos temas) o que no le importa lo más mínimo.

Si en cualquier caso, por un motivo cualquiera, una mujer decide abortar, debiera ser de forma libre y totalmente voluntaria, siendo aconsejada por expertos en el tema y no repudiada por una sociedad a la que, en cualquier momento, también se le puede presentar un imprevisto y querría que el resto de los mortales respetasen la decisión que tome al respecto. Lo peor de todo es que en esa repulsión también suele estar la familia de uno, lo que obliga a algunas mujeres (normalmente adolescentes sin recursos económicos ni legales) a estar calladas y con un miedo que ruego al destino que no me haga pasar nunca.

El motivo es muy simple: un feto no es un ser humano en acto, sino en potencia. Ergo, si no es un ser humano en ese momento no estás matando a nadie. Es como si alguien me dijese que cometo un asesinato por ponerle a mi pareja un condón (seguro que alguno piensa así ¬¬). Ante esta tesitura, pongo una balanza mental en la que me sitúo a mí en un extremo y al feto en el otro. Teniendo en cuenta que yo sufriré mucho más que él, de hecho seré la única en sufrir, la decisión está tomada: me decanto por mí misma y por lo que considero correcto.

Hasta aquí llega esta entrada de la cual solo quiero que saquen una conclusión: mujeres, hagan lo que quieran con sus cuerpos pero siempre con precaución. Nos veremos en la próxima ocasión.