Yo, robot - Isaac Asimov

Confieso que cuando tomé prestado este libro fue solo porque recordaba la película de mismo título (de Will Smith, cómo no) y porque ese tal Isaac Asimov me sonaba. Por suerte aprender y explorar son antídotos contra la ignorancia. Espero que esta entrada les sea agradable.

El autor, mediante una serie de historias diferentes narradas por la robopsicóloga Susan Calvin, pretende plantearnos temas morales respecto a la creación de vida artificial inteligente. Las dos dudas principales en torno a las cuales gira la obra son, en mi opinión, hasta qué punto un robot se puede considerar un ente con sentimientos reales y cuáles deben ser los límites que debemos poner para sentirnos a salvo.

La historia que abre el libro es Robie, la del robot niñero. Es la más pastelosa y por lo tanto, a diferencia de lo que parece ocurrir con el resto de la humanidad, una de las que menos me llamó la atención.

Sus ya tres famosas leyes de la robótica resultan curiosas porque reflejan las prioridades humanas ante la existencia de dichas máquinas.

• Primera ley: Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.

• Segunda ley: Un robot debe obedecer las órdenes dadas por un ser humano, siempre y cuando no entre en conflicto con la Primera ley.

• Tercera ley: Un robot debe proteger su propia existencia, siempre y cuando no entre en conflicto con las dos leyes anteriores.

A medida que avanzamos notamos que las diferentes tramas logran despertar nuestra curiosidad e interés, sin perderlos en ningún momento. Yo me quedé gratamente sorprendida con el robot telépata o con el político por poner un par de ejemplos.

"¡Embustero!" es, si cabe, la historia que más me gustó de todo el libro.

En lo que respecta al estilo narrativo de Asimov, es cierto que es muy fluido, tanto es así que el tiempo transcurre sin que uno se percate.

Sin embargo  resbala en un par de aspectos. Existen ocasiones en las que se pierde en términos robóticos (supongo que será un recurso para darle un toque futurista), sobre todo en el capítulo que cierra la obra, de forma que por mucho que leamos no entendemos lo que dice.

El segundo y último fallo que encontré es que, para ser una historia narrada por un personaje terciario como la Dra. Calvin, a veces peca de omnisciencia injustificada, sobre todo cuando ella no estaba implicada en los hechos.

Ilustración de la historia "Razón", sin duda una de las más curiosas.

Es una pena que no todo el mundo se haya leído este libro, que plantea sin lugar a dudas una buena lectura. Obligado para los amantes de la ciencia ficción y los temas sociales, muy recomendable para el resto.

Nos vemos en la próxima entrada.