Me acababa de levantar a las 10:30, y como todos los días me dispuse a desayunar. De repente mi visión empezó a volverse borrosa, pero pensé que seria algo pasajero y no le di mayor importancia. Cometí un error, porque justo en medio de mi desayuno el ojo izquierdo empezó a pestañear de forma descontrolada. Eso consiguió que me asustara bastante y corrí a pedirle ayuda a mi madre. Lo más extraño de todo es que solo era capaz de articular unas pocas palabras, tales como "ayuda" y "lo siento". Por no acordarme, no me acordaba ni siquiera de cual era mi propio nombre (y menos de los nombres de los demás).
Una vez en el hospital, mientras estaba acompañada por mi madre, me ocurrió un acontecimiento del cual no recuerdo nada, pero que por suerte me han contado: empecé a sufrir una crisis epiléptica. La cara se paralizó en una expresión rígida y comencé a expulsar saliva espumosa por la boca. Gracias al cielo, o tal vez a una buena suerte que me acompañó, los profesionales del hospital ya sabían como actuar ante ese tipo de situaciones y no dudaron en ayudarme agachándome la cabeza para que no me atragantara, y dándome algo para evitar las convulsiones (supongo, ya he dicho que no recuerdo nada).
Poner una foto mía o de otra persona no hubiera sido de buen gusto... el dedo lo imita bastante bien. |
El sueño en el hospital nuuuuunca es fácil de conciliar... |
Debido a este diagnostico, por el momento me es imposible hacer deporte, trasnochar, consumir alcohol, tabaco o drogas y exponerme a temperaturas extremas (ni demasiado calor ni demasiado frío). Cualquiera de estas actividades tiene más probabilidades de desencadenar otro ataque, y desde luego eso es lo último que deseo en estos momentos. Lo que menos puedo hacer en estos momentos es ponerme DEMASIADO NERVIOSA... está claro que esto tiene todas las papeletas para empeorar los hechos.
Ahora mismo, mientras escribo estas líneas, estoy reflexionando sobre la situación que me ha llevado hasta aquí, y solo hay una cosa que me haya quedado clara: sea cual sea el problema, ni lo académico ni lo personal se merecen que me den más ataques de esos. Por eso mismo he decidido tomarme las cosas con más calma a partir de ahora, y si no consigo mis objetivos en el tiempo previsto los lograré más tarde, pero no permitiré que sean ellos los que me terminen a mí. Jau, he escrito.
Aquí les dejo, por la cara, una imagen bonita y tranquila, que me hace falta XD. |
P.D.: Desde aquí le doy mi más sincero agradecimiento a todos aquellos que me han apoyado durante este tiempo, es decir, a mi padre y mi hermana, a los profesionales de Neurología del Insular y a Marche. Sin embargo, la que sin duda se merece más toda mi gratitud es mi muy querida madre, por todas las noches en vela que pasó a mi lado, por estar siempre pendiente de lo que me ocurriera en mi convalecencia y por asegurarse de que ahora me encuentre mucho mejor. Si es que nada es comparable al amor de una madre, y todos los que tengan el cariño verdadero de una sabrán a lo que me refiero.
Esta clase de cosas nos enseñan que es mejor tomarse la vida con filosofía. Esta carrera es como una maratón, hay que racionar las energías para poder llegar de una pieza al final. No pasa nada si algún año no sale todo como pensábamos, porque hay más oportunidades y de algún lado se sacará la solución.
ResponderEliminarAhora a mejorarse.
Muchas gracias por el apoyo, la verdad es que nunca está de más ^w^.
EliminarSI empiezas a seguirme ten por seguro que te devolveré el favor :3.
ResponderEliminarHola Auxi, bueno aqui te escribe alguien que fue una vez compañero de clase y creo que amigo , y que ahora podría denominarse.... compañero blogero tal vez ? ^^.
ResponderEliminarAqui tienes a otro que desde que entró en la universidad ha lidiado con muchas cosas , familiares , personales , académicas. Que en ocasiones dan grandes alegrias y en otras provocan gran presión , la vida tira de ti en todas las direcciones posibles y entre todo ello nos toca mantenernos rectos y seguir caminando por un sendero cuya oscuridad puede llegar a abrumar...
Pero tan cierto como lo anterior lo es que siempre hay una luz al final , una luz que nos guía y que nos mantiene en pié , y es cuando la perdemos de vista que nos damos cuenta de que el camino sigue brillando tenuemente por esas pequeñas estrellas que tenemos en nuestra vida.
Cierra tus ojos , respira , y mira con perspectiva , es tu camino y no estás sola.
Te deseo que sea cual sea la lección que hayas aprendido de esta amarga esperiencia te procure muchas alegrias y que te recuperes muy pronto para que puedas seguir persiguiendo tus sueños.
Un abrazo muy fuerte.
Muchas gracias por los buenos deseos y por el apoyo que me estás dando. Da igual como te denomines ahora mismo, lo importante es que has tenido el tiempo y los pensamientos suficientes para darme estos maravillosos consejos (que pienso seguir, desde luego). Algo así siempre es bien recibido.
EliminarEspero que la próxima entrada tenga un motivo más alegre que este.