jueves, 31 de enero de 2013

Memorias de una geisha

Muy buenas damas y caballeros. Aunque les parezca extraño la reseña que voy a realizar hoy puede encontrarse redactada en unas condiciones poco favorables (no estoy usando mi portátil querido, sino un ordenador del gobierno que si pudiera haber estado peor cualificado para esta tarea ya habría acabado en el vertedero más cercano). Por esta razón les pido mis más sinceras disculpas si encuentran alguna diferencia en la letra presente. Sin más preámbulos les presento una historia que hace años que deseaba tener en mis manos y que por fin hoy puede ser reseñada. Disfruten.

Esta es una portada que se publicó hace años, pero es la que he puesto porque es la misma que el libro que pedí en la biblioteca.
“Memorias de una geisha” nos presenta el pasado de una joven llamada Sayuri, el cual está siendo narrada por ella misma en la actualidad, cuando ya ha alcanzado la vejez. En este libro seremos capaces no solo de conocer una biografía basada en relatos reales, sino que además nos adentraremos en ese mundo que parece  tan exótico a ojos de los occidentales: la vida y la función de una geisha. Sin embargo cabe destacar que eso de “basado en hechos reales” NO IMPLICA que toda la historia en sí sea la pura y absoluta verdad.

Una de las cosas principales que en la historia se nos aclara, por ejemplo, es que a pesar de lo que la mayoría de la población cree, una geisha no es exactamente lo mismo que una prostituta, cuya única función es cumplir deseos sexuales básicos. Una geisha puede tener esta labor, pero además deberá disponer de la cultura, los conocimientos y las artes necesarias para entretener a la gente (sobre todo a los hombres, claro) en fiestas y reuniones más privadas, cobrando por este trabajo más incluso que si su única función fuera coital.

Una de las cosas nuevas que aprendí es que las geishas o las aprendizas no se hacen peinados al azar. Este depende de la posición que ocupe su portadora y de la ocasión.  Vaaaaale, ustedes son muy listos y ya lo sabían a lo mejor... pero yo no O.O
Lo que más me sorprendió del relato fue su sencillez. No me costó para nada leerlo, ya que a pesar de poseer palabras cultas y de incluir algunos términos que a priori no se entienden (todos relacionados con peinados, kimonos y costumbres japonesas) consta de una escritura fluida y simple, pero muy bien utilizada por el autor para transmitir emociones e impedir que el lector abandone fácilmente la novela.

Esta técnica es usada en algunos casos para aprovechar que nos tienen pendientes y explicarnos algunas costumbres o hechos japoneses de la época de la II Guerra Mundial, con lo cual no solo nos hallamos ante un libro simple, sino que también estamos preparados para cuando cursemos “Historia de Japón” en algún momento de nuestras vidas... Y viendo como le va a España el hecho de que lo necesitemos no me parece tan improbable como antaño.

En cuanto a los personajes he de decir que hay dos grupos muy bien diferenciados: en primer lugar están los que podríamos considerar “principales”, los cuales están muy bien definidos no tanto en cuanto al físico (del cual solamente se hacen unas cuantas alusiones para no molestar  a nadie) sino más bien en cuanto al carácter y las motivaciones. Huelga decir que la protagonista Sayuri se encuentra entre ellos, y aunque sus intereses nos pueden parecer un tanto infantiles, es la protagonista principal y por lo tanto también es la que más nos transmite. Así son las cosas.


El segundo grupo de personajes son aquellos que aparecen solo durante unas cuantas páginas. De estos lo más curioso es que pueden tener varios papeles dentro del relato, es decir, al principio puede ser uno de los antagonistas de menor índole y luego se puede volver el mejor amigo del mundo de Sayuri (en este sentido uno de los personajes que más me impresionó fue Calabaza, aunque una vez justificadas sus acciones llegué a entenderla bastante).

Lo único que no me hizo demasiada gracia es que, fuera o no real, el final de la historia está demasiado adecuado a los intereses de Sayuri, al menos si tenemos en cuenta que en teoría está basado en hechos reales. Puede que esta sea una de las cosas en las que el autor puso su granito de arena (nunca se sabe), pero lo cierto es que es un desenlace más propio de una novela para jóvenes enamoradizas que uno del mundo real, en el cual la inmensa mayoría de las veces lo que deseamos y lo que conseguimos no podrían estar más alejados. Ahí se lo dejo, no les vaya a hacer demasiado spoiler del malo.

En conclusión, espero fervientemente que se lean esta novela, es altamente recomendable para pasar un buen rato (yo me la terminé en dos días) y aparte de ser testigos de una historia decente también nos acostaremos sabiendo algo más del mundo que nos rodea. Muchas gracias por leer esta entrada y hasta la próxima ocasión.

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