domingo, 20 de enero de 2013

Persona 3 FES

Después de casi un año prometiendo que iba a realizar esta entrada y tras todos los inconvenientes con los que me he encontrado (principalmente que el juego se me trabó y que después de eso mis ganas de comenzarlo de nuevo eran pocas), por fin puedo presentarles mi opinión. Espero que la disfruten.

¿No os habéis dado cuenta que muchas de las mejores decisiones que tomamos son aquellas en las que no ponemos muchas esperanzas? En mi caso ocurrió algo así.
En el "Persona 3 FES" nos encontramos con una introducción similar a la del 4: un estudiante de otra ciudad es transferido a un instituto en el que ocurren cosas extrañas. En esta ocasión experimentaremos un fenómeno extraño: hay una hora más entre un día y el siguiente, la llamada Hora Oscura, en la cual las personas normales se transforman en ataúdes mientras las Sombras campan a sus anchas por el mundo. Los que tengan la mala suerte de no transformarse, serán atacados por estos entes y en consecuencia se transformarán en personas apáticas.

Hablando del Síndrome de Apatía, a lo largo del juego nos encontramos con una enorme cantidad de fanservice para "apatizar" a todos los frikazos que no tienen nada mejor que hacer que mojar los calzoncillos cada vez que aparece una maid o cosas por el estilo. Algo me dice que este grupo de personas en concreto va a disfrutar y mucho del juego.
Con el fin de salvar a la ciudad de una epidemia apática y acabar de una vez por todas con la Hora Oscura, un grupo de alumnos con el poder de invocar Personas (su verdadero yo, vamos a decirlo así) se adentrarán en una aventura que además les ayudará a resolver más de un enigma de su propio pasado y del futuro próximo, mientras van formando lazos entre ellos que van mucho más allá de la amistad (no, no es amor, esto no es Truñúsculo).

En cuanto al desenlace de este juego debo de aclarar algo: más impotente no me pude sentir. Es uno de esos finales que ya ves venir desde cierto momento de la historia pero que, aún así, te deja con ganas de llorar y no puedes hacer nada más que consolarte pensando que era una de las formas más crueles pero realistas de que finalizara una gran aventura.

Una de las cosas más importantes en un juego es el elenco de personajes que lo componen. El protagonista, al igual que en el 4, no tiene una personalidad marcada ya que el que debe tomar las decisiones por él es el propio jugador, el cual determinará el resultado de algunas de las conversaciones o elecciones, pero aún así es un honor poder controlarlo solamente para presenciar las historias y para salvar al mundo una vez más, por supuesto.

Los personajes que más me sorprendió fueron sin duda Koromaru (el perrito) y Aigis (la androide).
El resto de los personajes son complejos y además bien equilibrados, cada uno con sus defectos y sus virtudes, las cuales se van descubriendo a medida que uno va avanzando en la historia. Lo más importante sin embargo es que vemos en ellos una evolución mientras avanzamos, lo que no ocurre en muchas ocasiones. se agradece que se hayan dejado los estereotipados personajes estáticos de lado para mostrarnos unos que están más acorde con la realidad, que es continuo cambio.

Lo peor de este juego sin embargo es que entre las batallitas, los días festivos, etc. es prácticamente imposible conocer del todo a todos los personajes secundarios que aparecen en el juego (yo que lo valgo me quedé con solo 3 personajes sin descubrir, FUCK YEAH por mí), lo cual te obliga a probarlo otra vez. Yo lo siento mucho, pero con lo largo que es el Persona 3 FES algo me dice que no lo volveré a jugar en muuuuuucho tiempo, señores.

Otra de las cosas a comentar es el sistema de batalla y exploración de los niveles del Tártaro (la mazmorra del juego XD), que se asemeja mucho a la del Persona 4 pero no es exactamente la misma. Lo peor en este caso es que uno solo es capaz de controlar los ataques y hechizos del propio protagonista y de ningún otro personaje más. Lo máximo que podemos hacer en las batallas es indicar al resto de los personajes a qué tienen que estar orientados sus movimientos (a atacar, a curar, etc), pero NUNCA podremos decirle que use una cosa en concreto... supongo que eso supone una ventaja del Persona 4 sobre el 3, pero aún así no es algo por lo que debiéramos preocuparnos.

¿Cuántos no nos hemos encontrado gritando "¿PERO POR QUÉ COÑO HACES ESO?" cuando un personaje toma una decisión diferente a la que habríamos hecho nosotros?
Para no extenderme demasiado con la entrada, diré que una de las cosas que más me gustaron fueron los Persona en sí, ya que muchos de ellos se repiten en el Persona 4 (me ha traído buenos recuerdos) y además respeto profundamente los diseños de algunos de ellos... aunque siempre está el típico monstruo que te deja en shock hagas lo que hagas, como el de abajo:

Este es Mara, el Persona con forma FÁLICA y que encima va sobre un carro... ahora entiendo que este juego sea para mayores de 16 años XD.
En cuanto a la música, los gráficos y la ambientación en general, creo que poco hay que decir: banda sonora épica, como siempre, y escenarios bastante currados. En el caso de los personajes, debemos admitir que a nivel tridimensional podrían estar mejor, pero los dibujos de los personajes siguen siendo un regalo para la vista, un regalo que además trae consigo algunas expresiones faciales divertidas.

Miren esa carita, por diooooooooos... qué monada :3 ¿Comprenden por qué me gusta Koromaru?
En fin, aquí termina mi entrada del Persona 3 FES. Por favor, les ruego comentarios, ya que no solo escribir esta entrada ha llevado su tiempo, sino también el propio juego en sí (sí, es un juego largo de cojones, nunca se han invertido 5 euros de forma tan beneficiosa en un juego de segunda mano). También les recomiendo, por supuesto, que se hagan con esta maravillosa joya para la Play 2 si eres de los que disfruta con una buena trama. No te arrepentirás.

Hasta la próxima entrada, queridos lectores. Espero que tengan la misma suerte que yo y que no se pierdan este gran juego que nos muestra una gran revelación: todo camino tiene su principio y su fin, y la vida no es una excepción, por lo que lo mejor que podemos hacer es centrarnos en el camino y no es el final que, al fin y al cabo, es para todos lo mismo.

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