jueves, 26 de enero de 2017

Ojo de Dragón, Andy Oakes

Si hay algo por lo que me caracterizo es por tratar de ser lo más honesta posible. Siguiendo esa línea he de decir que esta novela la cogí de la biblioteca en un arrebato inspirador. No, no conocía de antes al autor ni lo había escuchado nombrar nunca, por lo que podríamos decir que esta reseña no está truncada por posibles opiniones preestablecidas.


Una de las cosas que más me intrigó fue la historia en sí, en la que se encuentran ocho cadáveres mutilados a orillas del río Huangpu y, como toda novela negra, tiene a un detective y mínimo una rubia. Lo más curioso de todo es que está ambientada en China, por lo que no sólo se pretende hacer honor a la novela negra, sino que además cuenta con una gran cantidad de datos sobre la sociedad china actual que no deja indiferente a los occidentales que los lean y no estén familiarizados con el tema.


Tiene tintes bastante adultos, con escenas de acción, sexo, pero sobre todo intriga y mucho politiqueo. Es por ello que se orienta más a un público adulto que a uno juvenil y que hará las delicias de todos aquellos a los que les gusten las obras variadas y largas (el libro tiene como unas 600 páginas pero no aburre, lo aseguro).

Otro de sus puntos fuertes es que posee personajes altamente interesantes, sobre todo los principales (y muchos que mueren por el camino, cuidado con tomarle cariño a nadie), muy del estilo adulto de "te vamos soltando el pasado oscuro de la gente a cuentagotas para hacerlo más cool y tú ya decides si lo que hace es moralmente correcto o no".

El protagonista es sin duda el más interesante de todos, un detective atrapado por el propio sistema chino con unos valores sólidos pero que a pesar de estar subyugado por el gobierno en su fuero interno te describe las cosas con una objetividad más que evidente (Oakes debió de documentarse mucho para lograr esto).

Sin embargo en un principio el libro puede hacerse raro de leer, y es que al autor le gusta combinar frases en tiempos verbales diferentes. De hecho lo habitual es encontrarte con una frase en pretérito y otra en presente en un mismo párrafo sin problema alguno y en realidad se refiere al mismo tiempo. Pongo un ejemplo escueto creado por una servidora: "Miraba por la ventana mientras se preparaba para el examen. El miedo aún no llega, la tranquilidad se impone."


En resumidas cuentas, es un libro que sorprende a medida que lo vas leyendo porque ofrece mucho más de lo que parece en un principio. Me alegra haber probado con un autor al que no conocía y creo que todos los amantes de la lectura debieran plantearse lanzarse a la aventura y tomar el primer libro que les interese mínimamente sin miedo a lo desconocido.


Nos vemos en la próxima reseña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario