viernes, 13 de abril de 2018

Kafka en la orilla, Haruki Murakami

     Ya hice otra reseña de este autor hace un tiempo, "1Q84", y me he ido leyendo otras obras suyas con el paso del tiempo. La más reciente ha sido "Kafka en la orilla", una novela difícil de explicar y que lleva a reflexión.


     En ella se cruzan las historias de dos protagonistas muy diferentes pero con vidas para nada ordinarias. 

     Un muchacho de quince años, Kafka Tamura, se escapa de casa el día de su cumpleaños por las malas relaciones que mantiene con su padre y el vacío que dejó en él el abandono por parte de su madre y su hermana. Se ha convertido en un muchacho fornido e inteligente, mas teme convertirse en alguien aberrante. Un miedo muy humano que sin duda anida en muchas personas, por lo que no resulta complicado que conecte con el lector (muchos hemos pasado ya de los quince años).



     Satoru Nakata, un anciano especial en varios aspectos, emprende un viaje en el que espera completarse a sí mismo, pero no sabe a dónde. Le guían el destino y las coincidencias. Tras haber quedado con secuelas psicológicas en un accidente de la infancia, y con la inexplicable habilidad de hablar con los gatos, Satoru es sin duda uno de los personajes más entrañables de toda la novela. 



     Comentar impresiones sobre una obra de Murakami es harto difícil, ya que si es verdad que mientras se está leyendo transmite gran número de sensaciones e ideas, muchas otras resulta confusa y muy, muy interpretable. Yo no quiero imponer mis impresiones a nadie, pero una cosa creo que debe quedar clara.

     Las novelas de este autor suelen jugar con la realidad y la ficción, y en muchos casos no hay ninguna aclaración al final. Nadie viene a explicarte el motivo de que, de repente, 2+2=5. Los personajes lo aceptan como tal, y punto, con una capacidad de adaptación que resulta surrealista. De eso va el tema, después de todo.


     
     Nada es lo que parece, y a la vez, sí que lo es. Para un personaje las cosas son negras y para otro blancas, lo que uno considera frío el otro lo ve como ardiente. No tiene sentido ninguno, pero es así. ¿Y cuál es la verdad? Posiblemente ambas cosas, a lo mejor incluso ninguna.

     Esto es lo que más choca a algunos lectores, que tachan la novela de "porquería" o "ilegible" simplemente porque no la entienden. Lo respeto. Cada uno tiene derecho a querer entenderlo todo, y no todos tienen la capacidad de abandonarse de forma simple a un relato a costa de la lógica. Pero sin duda es un gustazo dejar de lado por una vez lo real y enfrascarse en lo no real, aceptar las cosas simple y llanamente como vienen. No hay más.



     Casi todo el elenco de personajes carga con un pasado o secreto oculto que los hace más interesantes si cabe. Una mujer que perdió la alegría y solo espera el final, sin esperanzas de recuperarla; un hombre que en realidad no lo es; un joven camionero que madura a marchas forzadas y descubre cosas maravillosas. Demasiado para intentar explicarlo aquí, demasiado para no experimentarlo por uno mismo.

     Haruki Murakami tiene la capacidad de crear mundos alternativos, mundos en los que los héroes son muchachos de entre 15-30 años perdidos que desean, de una u otra forma, encontrar su camino. En el mismo se encontrarán con cosas inesperadas, y sin duda "Kafka en la orilla" es una de las obras en la que mejor enlaza los elementos. Yo he disfrutado de la realidad y la metáfora del alma. Espero que ustedes también tengan ese placer.

Ilustraciones de Lisa Ito

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